miércoles, 3 de diciembre de 2014

CEVICHE DE MEJILLONES


Ceviche de mejillones paso a paso


Ingredientes:
1 kilo de mejillones
1 cebolla morada
Hojas de perejil picado
3 guindillas (opcional)
Sal al gusto
2 Limas o limones
Un chorro de aceite de oliva Virgen Extra


Preparación:
1.-Desbarba los mejillones y dales un hervor en una cazuela, hasta que se abran.

2.- Una vez cocidos los mejillones y sin que estén excesivamente calientes, retíralos de la concha y reserva.

3.- Pela la cebolla morada y córtala en "juliana". Haz lo mismo con las hojas del perejil y las guindillas si quieres que tenga el ceviche un toque picante.

4.- Mezcla todos los ingredientes anteriores y agrega un poco de sal, el jugo de las limas y un chorro de aceite de oliva virgen extra. Deja macerar al menos 30 minutos.

MARIDA CON UN VINO BLANCO DE RUEDA

Que lo disfrutes. 

BUEY-KOBE-WAGYU

EL BUEY DE KOBE Y EL WAGYU

¿Habéis probado el buey de Kobe? 
Teniendo en cuenta la cantidad de restaurantes que anuncian que tienen Wagyu o buey de Kobe, seguro que muchos diréis que sí. Pero la realidad es bien diferente. Os invito a descubrir la realidad que hay detrás de tan deseado manjar. Aunque antes de entrar en materia, es importante saber que, incluso en Japón, la producción de carne de Kobe anual es muy limitada. Así, aunque los japoneses consumen 1,2 millones de toneladas de carne de vacuno al año, sólo 700 toneladas son de carne de Kobe (1). 
Para comparar, en 2012 la producción de carne de vacuno en España fue de 596.000 toneladas (3). Con una producción tan limitada, seguro que alguno empieza a sospechar… ¿Cómo es posible que haya tantísima carne de Kobe por el mundo? ¿Os hago un resumen? Reconozco que esta entrada ha quedado algo larga, así que para los que tengáis curiosidad, os dejo un resumen de la situación sobre la carne de Kobe y el Wagyu. 
Wagyu y carne de Kobe no es lo mismo. No os creáis cuando alguien os diga que “al Wagyu comúnmente se le llama buey de Kobe”. Ninguna res es de “carne de Kobe”. La certificación se hace después del sacrificio según unos criterios muy estrictos (que os cuento más adelante). No toda la carne de Kobe es de buey. También la hay de vaca. No todo el vacuno japonés es Wagyu. Sólo el procedente de 4 razas y sus variantes. El gobierno japonés otorga el sello de Wagyu únicamente a reses nacidas y criadas en Japón y de linaje puro y no las exporta (las reses). 
La carne de Kobe sí se exporta, pero en muy pequeñas cantidades. En febrero de 2012 Macao recibió la primera carne de Kobe exportada desde Japón. Posteriormente, Tailandia, Singapur, Hong Kong y Estados Unidos, además de Macao, recibieron esta carne. A partir de mediados de 2014 empezó la exportación tanto de Wagyu como de carne Kobe a Europa, en pequeñas cantidades, y algunos restaurantes en España han empezado ya a servir este tipo de carne en sus menús. 
La gran mayoría de Wagyu que se produce fuera de Japón no es de raza pura. Son cruces con reses de raza Angus. Si la res no ha nacido y no se ha criado en la prefectura de Hyogo, no es de raza pura y no ha sido sacrificada en esa prefectura, nunca podrá ser “carne de Kobe”. 
Así que, en definitiva, aunque ahora que ya empieza a haber carne de Wagyu y de Kobe en España, distinguir quién nos intenta dar gato por libre suele ser fácil. No hay más que responder a la pregunta ¿cuánto cuesta? Si es muy caro, es carne de Wagyu o de Kobe de verdad, porque los precios incluso para los restauradores son muy eleveados. ¿Hamburguesas de Kobe a 15 euros? Ni Wagyu japonés ni mucho menos Kobe. Carne de Kobe de calidad A5 e índice de marmoleado 11, en el restaurante Kawamura de Tokio. Todas la carne de Kobe es Wagyu… …Pero no cualquier res de raza Wagyu es carne de Kobe. En muchas cartas de restaurantes leemos que tal o cual plato –y hay mucha locura con hamburguesas hechas con, teóricamente, carne de este tipo– llevan carne de raza Wagyu o, incluso, carne de Kobe, y se utiliza además de forma errónea como si ambos términos fueran equivalentes. Y esperan que el comensal lea eso y piense “ah, Wagyu, entonces esto es cosa seria”. Y es verdad que lo es, si fuera cierto. 
Parte de lo que hace especial a la carne de Kobe está presente de forma general en la carne de Wagyu, así que incluso aunque no comamos carne de Kobe, si comemos carne de Wagyu estaremos disfrutando de una muy buena carne. En primer lugar, Wagyu, etimológicamente, sólo significa “vaca japonesa”. Sólo 4 razas de vacuno japonesas están consideradas como Wagyu (6): la negra (Japanese Black), la cuernicorta (Japanese Shorthorn), la marrón (Japanese Brown) y la mocha (Japanese Polled), y ni siquiera toda la carne de vacuno que se come en Japón viene de estas 4 razas: aproximadamente sólo el 44% procede de ellas (8). Así que ninguna res nace siendo “buey de Kobe”. 
La realidad es que sólo algunas reses de la variante Tajima de la raza negra japonesa que cumplan con unos estrictos criterios merecerán llevar este nombre. Como veis, la carne de Kobe es un subconjunto importante de todo lo que es Wagyu. Y su certificación se hace a posteriori, cuando el animal ha sido sacrificado, no antes. Lo que sí tienen todas las reses de tipo Tajima es que nacen y se crían en la Prefectura de Hyogo, de la que Kobe es la capital. Además cuentan con un código numérico de identificación de 10 dígitos. Gracias a este código luego se puede saber la trazabilidad completa de la carne que estamos comiendo (12). Ah, por cierto, aunque en muchas páginas en español, incluso de medios importantes, digan que Wagyu se pronuncia “guayú”, con la “y” actuando como consonante, no hagáis ni caso. La “y” del nombre funciona, en japonés, como vocal. Así que lo más cercano a la pronunciación japonesa sería “guaguiu”. 
El mito de la cerveza y los masajes 
En mi último viaje a Japón estuve cenando en un restaurante especializado en carne de Kobe de la mejor calidad, ya que compran en cada exhibición y subasta la carne de las mejores reses que han sido certificadas como “carne de Kobe”. Y menciono, además, “carne de Kobe” y no buey, porque lo que yo cené fue vaca. La carne de buey que tenían en carta ya se les había agotado. Allí pude confirmar lo que ya había leído en otras fuentes, pero que no había podido confirmar de forma directa con fuentes japonesas. Y me dijeron, “nada de cerveza y nada de masajes”. Cocinando auténtica carne de Kobe en el restaurante Kawamura de Tokio. 
Buey de Kobe
Eso no quiere decir que estas reses no tengan una buena alimentación y una buena vida, claro. Pero basta ya de perpetuar viejos clichés. Como algún ganadero comentaba, con el precio que tiene la cerveza en Japón, como para alimentar al ganado con ella (13). Estas reses viven en entornos sin estrés y se alimentan de una mezcla de paja de arroz, maíz, cebada y otros cereales. Y en cuanto a la bebida, únicamente beben agua limpia y fresca, así que cuanto mejor sean los manantiales cercanos al lugar donde viven las reses, mejor que mejor. 
Dicho esto, eso no quita para que en algún caso concreto algún ganadero sí que dé cerveza a sus reses, pero no es condición para que la carne sea de Kobe al final. Y además, tengo mis dudas de que se  haga por tradición. Sinceramente y teniendo en cuenta la leyenda urbana que existe alrededor de este hecho, lo veo más como un reclamo turístico para que los visitantes se vayan con la idea de que han visto lo que esperaban ver. 
¿Qué se necesita para ser “carne de Kobe”? 
La alimentación es importante, pero aunque la vaca sea de la raza apropiada y aunque haya estado criada en Hyogo, no significa que sea “carne de Kobe”. Cuando la res se sacrifica, primero se comprueba que no tenga el llamado mal de las vacas locas –encefalopatía espongiforme bovina, si queremos ponernos técnicos–. Si todo está bien, la carne de esa res se puede vender como “carne de raza Tajima criada en la Prefectura de Hyogo”. 
Para que además la carne de esta res sea certificada como carne de Kobe, se necesita algo más:
- Vaca virgen o macho castrado de la variante Tajima de la raza negra japonesa. 
- Res nacida en la prefectura de Hyogo de una vaca de la variante Tajima de linaje puro. 
- Res criada en la prefectura de Hyogo por un granjero certificado. 
- Res sacrificada en uno de los mataderos certificados de la prefectura de Hyogo. 
- Índice de marmoleado de 6 o superior. 
- Aprovechamiento de la res: A o B. Peso en bruto de la res (una vez eliminada la cabeza y las entrañas): 470 kg o menos. 
- Buena firmeza y textura de la carne. 

Aprovechamiento y marmoleado de la carne 

En el apartado anterior os hablaba de dos conceptos, el aprovechamiento y el marmoleado, que no son evidentes y que os explico ahora, junto con la puntuación de calidad de la carne. El aprovechamiento (yield score en inglés) nos dice el porcentaje de cortes comestibles que podemos obtener de una única cabeza de ganado. Las valoraciones únicamente son tres: A, B o C. Así, si el porcentaje es de 72 o superior, la res tendrá un valor A. Si está entre 69 y 72, el valor será B. Y para cualquier porcentaje menor de 69, el valor será C (7). Como os decía, para ser carne de Kobe, este valor sólo puede ser de A o B. 
marmoleado y aprovechamiento de la carne de Kobe
Junto a esta letra veremos un número, que marca la puntuación general de la carne. El valor está entre 1 y 5, siendo 1 el equivalente a “muy pobre”, 2 sería “por debajo de la media”, 3 es “en la media”, 4 es “bueno” y 5 es “excelente”. De esta forma, carne como la que podemos comer en las hamburguesas de Blacows en Tokio es de tipo A5. Esto significa que es una carne excelente (el 5) y que además, el aprovechamiento de la res ha sido óptimo (la A). Y sabemos que su marmoleado estará en un valor entre 8 y 12. Pero es carne que no es, ni siquiera, de raza Tajima ni criada en la prefectura de Hyogo. En este caso, es simplemente carne de Wagyu. 
El marmoleado, que a veces veréis mencionado como B.M.S. (Beef Marbling Standard, en inglés), indica la cantidad de grasa intramuscular que tiene la carne y sus valores van desde 1 hasta 12. Tiene mucho que ver con el valor de la calidad general, como ahora veremos. 
Buey de Kobe
Sashimi de carne de Kobe 
Para que una res pueda obtener el certificado de carne de Kobe, además de todo lo que hemos mencionado, tiene que tener un índice de marmoleado que esté entre 6 y 12, que sólo lo tienen las carnes consideradas buenas o excelentes. Es decir, es imposible que una carne de calidad B3 tenga un índice de marmoleado de 8, por ejemplo. Como se puede ver en la imagen, para un tipo de carne A3 o B3, el índice de marmoleado es de 3 o 4, únicamente. En la cena que pude disfrutar en Tokio en febrero de 2014, tenían en carta carne de buey con índice de marmoleado de 12, pero se les había agotado, porque a pesar de ser la más cara, era la preferida por todos los comensales. Así que me tuve que “conformar” con carne de vaca con índice de marmoleado de 11, la segunda mejor. Y era espectacular, al igual que el precio. ¿Cómo identificamos a la carne de Kobe en Japón? Es fácil identificar a un restaurante que sirva carne de Kobe, aunque estas pruebas de las que os hablaré ahora sólo las encontramos en los restaurantes japoneses, que son los que respetan las normas referentes a qué es y qué no es carne de Kobe. Carne de Kobe con el sello del crisantemo. Imagen de Gurunavi. Sello Nogujiku. Es un sello con forma de crisantemo (la flor nacional japonesa) que sólo la carne de Kobe certificada puede llevar. 
Buey de Kobe
Además de llevarlo la carne, lo encontraremos también en placas conmemorativas en el restaurante y en el certificado de autenticidad de la res. Estatua de bronce. Se entrega únicamente a establecimientos que vendan carne de Kobe certificada. 

Certificado de autenticidad. 
Sello de calidad de Wagyu
Sello de calidad de carne de Wagyu (que no carne de Kobe), que otorga el MAFF japonés. 

En él vemos el sello del crisantemo, la marca del hocico de la res, que ejerce las veces de huella dactilar, y el número de identificación. Tanto el sello como la estatua son, además, marcas registradas desde 2001 en Japón, mientras que los caracteres japoneses para “carne de Kobe”, “carne de Tajima” y otras variantes, están también registrados en Japón desde 2007 (9). De hecho, en el sello del crisantemo podemos ver los caracteres que significan carne de Kobe. 
¿Qué hace tan buena a la carne de Kobe? Si veis fotos de carne de Kobe de verdad os daréis cuenta de que no se parece a ninguna otra carne que hayáis visto. La cantidad de grasa infiltrada es tal que se te hace la boca agua sólo con mirarla. 
¿Y por qué tienen tanta grasa infiltrada? Se sabe que el tejido adiposo es una fuente de vitamina A importante, y existe una hipótesis que dice que el ganado japonés podría tener la capacidad de incrementar la grasa intramuscular para tener suficiente vitamina A cuando las fuentes de esta vitamina en la dieta escasean. Y teniendo en cuenta las particularidades de Japón y su poca disponibilidad de pastos junto con inviernos muy fríos, hacen que las reses estén estabuladas en esta época del año sin acceso a pastos ricos en esta vitamina, con lo que podrían estar adaptadas genéticamente a esta situación (5). Lógicamente, si se dejara todo al azar, las reses que pueden cumplir con los estrictos criterios para luego ser “carne de Kobe” serían muchas menos. Así que para asegurar que haya muchas reses de calidad, la Livestock Improvement Association Japan (LIAJ) junto con el National Livestock Breeding Center (NLBC) se encargan de seleccionar los mejores toros  (14) para que la progenie tenga unas características deseadas y que además sea lo más uniforme posible. 
Cada año seleccionan 40 toros candidatos y hacen multitud de pruebas, y cuando tienen estos “super toros”, distribuyen a sus asociados el semen para, mediante inseminación artificial, conseguir las mejores reses. Además, como ha habido un decrecimiento en el número de vacas apropiadas para tener progenie, se están utilizando técnicas de fecundación in vitro para mejorar los procesos (2). Sellos de calidad (se puede ver la estatua de bronce) en el restaurante Kawamura de Tokio. Por otra parte, el punto de fusión de esta grasa es menor que en otras carnes, con lo que eso que se dice a veces de “se deshace en la boca” es casi literal. Y aunque sea carne roja, la carne de Kobe tiene un alta concentración de grasas no saturadas y una gran concentración de ácido inosínico y oleico así como otros ácidos grasos poliinsaturados como el omega-3 u omega-6. No es de extrañar que todo el mundo quiera carne de este tipo, porque su umami o quinto sabor, es espectacular. 

"La primera vez que la probé comí un filete de 200 gramos, y para un carnívoro como yo, me resultó pequeño y pensé que me sabría a poco. Y dejadme deciros que esos 200 gramos fueron más que suficientes, porque el contenido graso de la carne es tan alto que te sacias rápidamente"

¿Hay productores de Wagyu y carne de Kobe fuera de Japón? La respuesta corta es un rotundo no. 
Pero dejadme que os cuente la respuesta larga, porque en el caso del Wagyu puede estar sujeto a interpretaciones. Wagyu, aunque sea el nombre común a las cuatro razas que os he contado, funciona para los japoneses como las denominaciones de origen para los españoles. O como el champagne para los franceses. Sólo la carne de ciertas reses autóctonas japonesas reciben el sello de Wagyu (la Wagyu Mark que podéis encontrar en las referencias 10 y 11). Y como hemos visto, ni siquiera por llevar este sello significa que sean carne de Kobe, porque el criterio para esta carne es aún más estricto. Pero tienen que ser, y no me cansaré de repetirlo, reses autóctonas. Así que, siendo puristas, sólo puede haber Wagyu fuera de Japón si se ha exportado. Pero el nombre de Wagyu lleva aparejada la idea de calidad en la mente del consumidor y de precios altos y aunque Japón, a través de su Ministerio de Agricultura, Recursos Forestales y Pesca (el MAFF) llegó a enviar una propuesta al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) en 2007 sobre directrices para el etiquetado de Wagyu, la USDA respondió diciendo que no aceptaba esas directrices porque, para ellos, “las características de la carne de Wagyu, tales como calidad de la carne, textura y sabor (…) se derivan de la genética del animal. La genética del Wagyu no está restringida por la geografía ni está limitada a Japón” (1). Esta respuesta, aunque podamos pensar que podría tener cierta validez, se dio por motivos económicos, para proteger a la American Wagyu Association y sus ventas de carne, que en algunos casos sí tiene reses de raza pura. Así, al considerar la etiqueta Wagyu como genérica, se abre la veda para que cualquier productor americano pueda decir que produce y vende Wagyu sin problemas. Japón, por su parte, considera a todos estos productores como “impostores”. Y en España pasa algo parecido. Aquí encontramos restaurantes en los que te dicen que el Wagyu que te están sirviendo viene de bueyes criados en Burgos o en el País Vasco (en este caso, ni siquiera son de raza pura), pero atendiendo a los propios criterios del gobierno japonés y a la protección de su marca, esto no es realmente cierto. Así que desde mi punto de vista no existe Wagyu criado en España. A no ser que se haya importado de Japón, cosa que desde mediados de 2014 es posible. Pero sólo lo encontraremos en restaurantes de muy alto nivel, porque es una carne muy cara. ¿Y de dónde viene el Wagyu de fuera de Japón? Su origen está, en principio, en cuatro machos de raza Wagyu que llegaron a Estados Unidos desde la prefectura de Tottori en la década de 1970. Los japoneses no reconocen que estos machos fueran exportados, pero todo indica que, efectivamente, llegaron a Estados Unidos. Para tener descendencia, estos machos japoneses se cruzaron con vacas de raza Angus. Para los estadounidenses esto era ideal, porque la parte genética del Wagyu le daba a la carne un mayor contenido graso y un sabor más especial, pero la parte Angus de la genética hacía que el animal fuera más grande y, por tanto, el ganadero obtenía así un mayor beneficio. Pero claro, la descendencia de esos machos cruzados con Angus no es Wagyu. Y desde luego, no es Kobe. Y por si fuera poco, los criterios para valorar la calidad de la carne son diferentes en otros países. De esta forma, ¿cómo puede decirse fuera de Japón que tal o cual carne es de Kobe, si no utilizan la gradación según el índice de marmoleado que existe allí, por ejemplo? Es todo un despropósito. Certificado de autenticidad de la res de Kobe de la que procedía la carne que comí en Tokio. Más adelante sí llegaron vacas a Estados Unidos, de forma en 1994 nació la primera res de raza Wagyu pura en Estados Unidos. Pero aunque se sigan criando reses de raza pura lo importante es que no viven en el mismo entorno, ni se alimentan de la misma manera. La genética es importante, desde luego, pero también lo es el entorno. Si tuviéramos un cerdo de raza ibérica que vive fuera de España, la alimentación sería necesariamente diferente a como se hace aquí. O aunque se intentara mantener una dieta similar, los productos no procederían de la dehesa española. En este caso, ¿realmente podríamos seguir llamando “ibérica” a la carne que obtengamos? Yo creo que no. Uno de los productores españoles, por ejemplo, dice que han conseguido un índice de pureza de raza del 80% y que eso es suficiente para que la carne tenga las grasas no saturadas que caracterizan al Wagyu. Y en algunos casos, hasta hay entidades certificadoras que han puesto su sello de calidad en esa carne, diciendo que es “carne de Wagyu“. Es decir, se está poniendo un sello que dice lo contrario de lo que establece el gobierno japonés sobre lo que es o no carne de Wagyu. Para mí, no es más que una forma muy elaborada de confundir al consumidor. Desde un punto de vista genético, si realizamos un proceso de cruzamiento absorbente con una res de raza Angus (o de cualquier otra) con una de raza Wagyu, en la F4 o cuarta generación filial sólo quedarán un 6,7% de genes de la raza original (4), lo que hará a esa res indistinguible a todos los efectos de la raza que se quería obtener, la Wagyu en este caso. Pero incluso haciendo las cosas así, esas reses no tienen una línea genética pura, que el gobierno japonés establece como una de las condiciones para otorgar su marca de Wagyu, y desde luego, no se alimentan de la misma manera, con lo que la calidad de su carne y de sus grasas no tiene por qué coincidir con la del Wagyu original, aunque sí nos lo vendan de esa forma. ¿Se exporta el Wagyu y la carne de Kobe desde Japón? En este caso, tengo buenas noticias (que hasta hace poco también eran malas). La buena noticia es que se exporta, con lo que podéis consumirla fuera de Japón (9). 
La mala noticia hasta hace poco era que durante los últimos años, la carne de Kobe sólo llegaba a Macao, Hong Kong, Tailandia, Singapur y Estados Unidos. Concretamente desde 2012. Antes de eso, ni siquiera estos países recibían carne de Kobe. Y lo que se recibía, además, eran cantidades muy, muy pequeñas. Pero a mediados de 2014 esto cambió y Europa comenzó a recibir carne de Kobe y de Wagyu. Así que tranquilos, porque en algunos sitios muy selectos podréis probar este manjar en España y en Europa. Eso sí, a precios que nada tienen que ver con los que normalmente encontramos para lo que, en realidad, sólo es Wagyu de fuera de Japón. Existen distribuidores en España que, solamente el Wagyu, está a precios que van entre los 100 euros/kilo y los 300 euros/kilo, según la pieza. 
Exportación de carne de Kobe, con trazabilidad absoluta de cada res. 
De hecho, se puede incluso consultar en Internet todos los detalles sobre las exportaciones de carne de Kobe: cuál es el identificador de la res que se ha exportado, cuántos kilos de carne han salido de Japón, de qué productor y cuáles han sido las empresas responsables de esa venta, tanto en Japón como en el extranjero. Y como se puede comprobar, todo con una trazabilidad exhaustiva. Pero si tan buena es esta carne, y si tantas ganas hay fuera de Japón en comerla, ¿por qué no se exportaba a Europa hasta mediados de 2014? En realidad Japón y la Unión Europea llevaban negociando desde 2005 pero la enfermedad de pezuñas y boca en el ganado bovino en Japón paró estas negociaciones y se impuso un veto a la importación de carne procedente de Japón en toda la Unión Europea, ya fuera el deseado Kobe o cualquier otro tipo de Wagyu. Este veto fue retirado en marzo de 2013 pero no bastaba, ya que las condiciones sanitarias para la importación de carne de la Unión Europea son muy estrictas. Así, en verano de 2014 existían 3 mataderos que siguen los estándares europeos, uno en la prefectura de Gunma y dos en la prefectura de Kagoshima, que fueron certificados a finales de abril de 2014. De esta forma el camino hacia la exportación de Wagyu (pero el ‘real’, el certificado por el gobierno japonés) y de carne de Kobe, está abierto en Europa. Y si comprobamos ahora la web que os mencionaba, veremos la diferencia, con carne exportada a Holanda (más abajo en la tabla aparece Alemania, también). Eso sí,  pequeñas cantidades, que además seguramente una vez llegadas a estos países se distribuirán por el resto de la Unión Europea. Como se puede ver, ya ha países europeos que reciben carne de Kobe. De hecho, hace no mucho vimos un evento promocional en Londres organizado por una asociación agraria japonesa para promocionar el Wagyu. Y otros países de la UE se han lanzado a hacer otros eventos similares. Esto es una gran noticia para los que nos gusta la carne de Kobe, pero también supone un mayor peligro. Porque ahora que sí que hay Wagyu y Kobe en Europa es posible que los hosteleros poco éticos intenten seguir colándonos sus Wagyu de menor categoría (y precio) como el verdadero. Y encima se llenarán la boca diciendo que ahora sí lo hay en Europa. Por eso, tened más cuidado que nunca. El precio, en este caso más que en otros muchos, será un indicativo. Importar esta carne es muy caro, así que el restaurante que la venda, para no perder dinero, tendrá que venderla muy cara. Si os cobran 15 euros por una hamburguesa, tened claro que no es verdadero Wagyu ni, por supuesto, carne de Kobe. Por poner unos ejemplos, Kabuki Wellington, el restaurante de fusión japonesa de Ricardo Sanz en Madrid tiene carne de Wagyu japonesa. La probamos hace poco, y sólo el plato con un filete de esta carne costaba la friolera de 90€. También en Madrid encontramos Wagyu en DiverXO, el celebrado restaurante del chef David Muñoz, en el que cenamos recientemente. David nos contaba que el kilo de carne lo compra a 260€, por pieza completa, de la que tiene que retirar toda la capa de grasa exterior. Es decir, que le supone una merma de un 40% dejar la pieza lista para cocinar. Imaginad entonces a qué precio la tiene que vender. Conclusión 
Al final, la respuesta a la pregunta de si la carne de Kobe, o incluso de Wagyu, que comemos fuera de Japón es realmente de Wagyu o no depende de lo que queramos creer. Lo que hace única a esta carne, ¿es sólo genético o está también marcado por el entorno? ¿Aceptamos que el gobierno japonés tenga derecho a proteger sus marcas y sus equivalentes a nuestras denominaciones de origen? ¿Nos sirve un Wagyu que no sea de raza pura o que lo sea a través de sucesivos cruces? Dependiendo de cómo queramos contestar, la respuesta será una u otra. En mi caso, lo tengo claro. Y es que no me gusta que un restaurante o productor de fuera de Japón me diga que tiene Wagyu aunque según como me lo explique, puedo llegar a entenderlo hasta cierto punto. Pero lo que desde luego siento como un engaño es si me dicen que tienen carne de Kobe a precios irrisorios. Y ahora que se puede comer Wagyu y carne de Kobe en España, os invito a que hagáis una cata comparada. No tienen nada que ver con lo que se nos ha estado vendiendo como Wagyu y como Kobe en este país hasta ahora. Ningún hostelero ni productor va a perder dinero, así que la verdadera carne de Kobe irá de la mano con un precio poco apto para la mayoría de bolsillos.
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Referencias (1) Augustin-Jean, L; Sekine, K. (2012). “From Products of Origin to Geographical Indications in Japan: Perspectives on the Construction of Quality for the Emblematic Productions of Kobe and Matsusaka Beef”, en Augustin-Jean, L. et al. (ed.), Geographical Indications and International Agricultural Trade: The Challenge for Asia. Houndmills: Palgrave Macmillan. (2) Australian Wagyu Forum (s.f.). Modern Japanese Production Systems. . (3) Cruz, J. (2013). La caída del consumo y los altos costes de producción protagonizan la marcha del sector vacuno. Eurocarne. . (4) Facultad de Ciencias Veterinarias – Universidad Nacional del Nordeste (2011). Introducción a la Producción Animal: Cruzamientos. (5) Hirooka, H. (2014). Marbled Japanese Black Cattle. Journal of Animal Breeding and Genetics, 131, 1. (6) Japan Livestock Industry Associaciton (s.f.). Types of Wagyu (Japanese Beef). . (7) Japan Meat Information Service Center (2008). About Meat Beef Grading. . (8) Kahi, A.K.; Hirooka, H. (2005). Genetic and Economic Evaluation of Japanese Black (Wagyu) Cattle Breeding Schemes. Journal of Animal Science, 83, 9. (9) Kobe Beef Marketing & Distribution Promotion Association (s.f). Kobe Beef. . (10) MAFF (Ministry of Agriculture, Forestry and Fisheries, 2007). Wagyu, Japanese Beef. . (11) MAFF (Ministry of Agriculture, Forestry and Fisheries, 2007). The Wagyu Mark. . (12) National Livestock Breeding Center (s.f.). Individual Cattle Identification Register. . (13) Olmsted, L. (2012). Food’s Biggest Scam: The Great Kobe Beef Lie. Forbes. . (14) Suzuki, M. (2007). The Secret of Wagyu. International Federation of Agricultural Journalist, World Congress 2007. .

(Artículo publicado en Japonismo: Mitos y realidades sobre el buey de Kobe y el Wagyu http://japonismo.com/blog/mitos-realidades-buey-kobe-wagyu)

martes, 11 de noviembre de 2014

MIGUEL DELIBES: UN MAESTRO

Vuelta de León, paso por Valladolid, y me acuerdo nuevamente de MIGUEL DELIBES, ese Maestro de las letras...... "Cinco horas con Mario".... "Los santos inocentes"...."El Camino"(el de Delibes, ojo...).... "El príncipe destronado"..... Un pequeño HOMENAJE:

Miguel Delibes

BIOGRAFÍA DE UN MAESTRO:
Miguel Delibes Setién. (Valladolid, 17 de octubre de 1920 - Valladolid, 12 de marzo de 2010). Novelista español. Doctor en Derecho y catedrático de Historia del Comercio; periodista y, durante años, director del diario El Norte de Castilla.
Su labor como novelista se inicia dentro de una concepción tradicional con La sombra del ciprés es alargada, que obtiene el Premio Nadal en 1948.
Publica posteriormente Aún es de día(1949), El camino (1950), Mi idolatrado hijo Sisí (1953), La hoja roja (1959) y Las ratas (1962), entre otras obras. En 1966 publica Cinco horas con Mario y en 1975Las guerras de nuestros antepasados; ambas son adaptadas al teatro en 1979 y 1990, respectivamente. Los santos inocentes ve la luz en 1981 (y es posteriormente llevada al cine por Mario Camus); más adelante publica Señora de rojo sobre fondo gris (1991) y Coto de caza (1992), entre otras.
Su producción revela una clara fidelidad a su entorno, a Valladolid y al campo castellano, y entraña la observación directa de tipos y situaciones desde la óptica de un católico liberal. La visión crítica -que aumenta progresivamente a medida que avanza su carrera- alude sobre todo a los excesos y violencias de la vida urbana.
Entre los motivos de su obra destaca la perspectiva irónica frente a la pequeña burguesía, la denuncia de las injusticias sociales, la rememoración de la infancia (por ejemplo en El príncipe destronado, de 1973) y la representación de los hábitos y el habla propia del mundo rural, muchos de cuyos términos y expresiones recupera para la literatura.
Delibes es también autor de los cuentos de La mortaja (1970), de la novela corta El tesoro (1985) y de textos autobiográficos como Un año de mi vida(1972). En 1998 publica El hereje, una de sus obras más importantes de los últimos tiempos.
Considerado uno de los principales referentes de la literatura en lengua española, obtiene a lo largo de su carrera las más destacadas distinciones del ámbito literario: el Premio Nadal (1948), el Premio de la Crítica (1953), el Príncipe de Asturias (1982), el Premio Nacional de las Letras Españolas (1991) y el Premio Miguel de Cervantes (1993), entre otros.

RESUMEN DE TEMAS Y PERSONAJES DE "EL CAMINO", DE DELIBES

Temas presentes en la obra

La naturaleza

La naturaleza, la caza, la fauna, temas gratos al autor, son centrales en la obra. Delibes había pasado muchas temporadas en Molledo, villa natal de sus padres, lo que le permite recrear su entorno con fidelidad. Los protagonistas: Daniel el Mochuelo, Germán el Tiñoso y Roque el Moñigo, se dedican a hacer travesuras a lo largo y ancho del valle.
Delibes utiliza la naturaleza como conector entre las experiencias que viven los personajes. Por los animales, los chicos conocen el origen de la vida. Daniel y Germán creen que a los niños los trae la cigüeña; pero durante una conversación, Roque el Moñigo les explica lo que es «el parir» comparando el parto de las mujeres con el de las conejas, ya que a una coneja sí que habían visto parir.

La muerte

En la historia de El camino acontecen un suicidio y tres muertes más: la muerte de Germán el Tiñoso al caerse de una roca al río; la muerte de Elena, la Guindilla mediana, al caer enferma; el suicidio de Josefina, despechada al no conseguir el amor de Quino el Manco, y la muerte por tuberculosis de la esposa de este último. En realidad, la novela parte del momento en que Daniel descubre la vecindad entre la vida y la muerte, cuando supo “lo que era tener el vientre seco y lo que era un aborto”: "Algo se marchitó de repente muy dentro de su ser: quizá la fe en la perennidad de la infancia. Advirtió que todos acabarían muriendo, los viejos y los niños. Él nunca se paró a pensarlo y al hacerlo ahora, una sensación punzante y angustiosa lo asfixiaba."

El amor y la amistad

El amor y la exaltación de la amistad también están presentes a lo largo de toda la obra: los tres amigos son inseparables y jamás se traicionarían. Las propuestas de Roque el Moñigo siempre son bien acogidas, y ninguno se echa atrás.
Destaca en la novela el amor platónico que siente Daniel el Mochuelo por la hija del Indiano: la Mica, que es diez años mayor que Daniel. A él le gusta todo de ella: la voz, la piel, hasta los movimientos, pero nada sabe ella de las fantasías del niño.
Quien sí estaba enamorada de Daniel es La Mariuca-uca, hija de Quino el Manco, que intenta jugar con él; pero al ser chica, los niños la rechazan. Mariuca le dice a Daniel abiertamente que le gusta mirarlo. Además, siempre que tiene ocasión, está pendiente de todo lo que hace él. Daniel, a pesar de que siempre ha huido de ella, al final de la historia olvida a la Mica y se da cuenta de que siente algo por la Mariuca-uca.

Crítica de costumbres

En El camino aparece uno de los personajes satirizados con más frecuencia por Delibes: la beata, encarnada en este caso por la Guindilla mayor (y en menor medida por otros personajes), que representa una vivencia más bien farisaica del cristianismo, reducido a aparentar piedad y decencia. Sus prédicas,en lugar de edificar, empalagan como la guindilla.
En Roque el Moñigo, muchacho fuerte y rudo, vemos arraigados algunos prejuicios ancestrales acerca de cómo debe ser el varón: "un hombre", dice, "no debe llorar ni aunque se muera su padre entre horribles dolores"
Por otra parte, se advierte en los personajes cierta admiración provinciana hacia todo lo que represente la ciudad, prejuicio del que no se libra ni el propio Daniel el Mochuelo, que será su víctima; así, por ejemplo, con su fascinación por el cutis de la Mica, que no tienen las muchachas de campo.

Personajes

Daniel el Mochuelo

Daniel es el protagonista de la novela. La historia comienza de noche. Daniel tiene 11 años y se va a ir a la ciudad al día siguiente, pues su padre, el quesero del pueblo donde vive, quiere que progrese. Daniel se pasa toda la noche recordando los viejos tiempos con Roque el Moñigo y con Germán el Tiñoso.
A Daniel le llaman el Mochuelo porque de pequeño miraba todo con mucha atención y con cara de asustado.

Roque el Moñigo

Es uno de los dos mejores amigos de Daniel. Es un chico muy fuerte, tanto que es capaz de vencer a muchos de los hombres del pueblo. No tiene miedo a nada excepto a las estrellas. Su madre murió cuando le dio a luz; su padre, Paco, es el herrero del pueblo; y su hermana, la Sara, siempre lo castiga y lo amenaza, pero a Roque eso no le importa: se limita a cumplir los castigos y a ignorar las amenazas de su hermana. Sus amigos le ayudan a idear excusas para iniciar peleas, para así tener un "motivo justo" por el que pelear; también los obliga a cumplir lo que él dice y los desafía a pruebas físicas para demostrar su superioridad.
Roque tiene mala fama en el pueblo, porque suele estar muy informado de las cosas de las mujeres. Mucha gente dice que es un golfo y un zascandil.

Germán el Tiñoso

Germán es un chico bastante raro y sabe mucho de pájaros. Es esmirriado, endeble y pálido. Tiene la cabeza llena de calvas; dice su padre que se las pegó un pájaro. De ahí el mote de el Tiñoso, ya que su defecto se asemeja a la tiña, una infección por hongos dermatofitos. Germán es el hijo del zapatero, llamado Andrés, «el hombre que de perfil no se le ve», y de Rita la Tonta. Germán es el menor de todos los hijos de Andrés.
Persiguiendo a una culebra por el río con sus amigos Daniel y Roque, se cae, se da un golpe en la cabeza con una piedra y muere.

Salvador, el padre de Daniel

El padre de Daniel es el quesero del pueblo. Está convencido de que lo mejor para Daniel es ir a estudiar a la ciudad. Cuando Daniel era pequeño, pasaba mucho tiempo con él y le explicaba todo lo que el niño le preguntaba; pero a medida que éste fue creciendo se alejó de él porque creía que era el momento de que madurara por sí solo. A partir de ese momento su carácter se vuelve agrio y ahorrador. Tiene una mujer, la madre de Daniel, que tiene "el vientre seco" (ha quedado estéril), y a la que le hubiese encantado tener una niña.

Las Guindillas

Las tres hermanas viven en el pueblo ocupándose de la tienda. Elena la Guindilla mediana cae enferma y muere. Durante esos días, se está instalando en el pueblo un banco, e Irene la Guindilla menor se enamora de Dimas, el oficialito del banco. Pero él la tima, y la deja cuando a ella se le acaba el dinero. Irene vuelve al pueblo muy triste y es acogida por su hermana Lola a pesar de no haber seguido sus consejos.

Lola la Guindilla Mayor

Como indica su apodo, es la mayor de las tres hermanas. Devota hasta el escrúpulo, siempre se acusa de haber pecado ante el cura don José por cualquier cosa que le pase por la cabeza. Es la que más se ocupa de la tienda. Se la describe diciendo que se tiene muy bien ganado su apodo por su carita redonda y su carácter picante y agrio como el aguardiente. Además, es muy cotilla. Siempre está intentando cambiar las costumbres de los demás para que no pequen; para ello, organiza proyectos junto con el cura. Suele criticar mucho a algunas personas del pueblo por sus costumbres, como a Paco y a Roque.
Lola intenta que los jóvenes no vayan los domingos por la tarde a los prados y a los bosques, y se entromete en sus escarceos avisándoles de que están en pecado . Si no llega a ser por Quino el Manco, Lola habría muerto, porque en pocas semanas los jóvenes se hartaron de ella y la intentaron tirar al río. Quino se enamora de ella y no para hasta ser correspondido. Después se arrepiente cuando Lola le da dos tortazos a su hija por perderse en el bosque.

Elena la Guindilla Mediana

Es tan fea como sus dos hermanas, pero no tan religiosa como Lola la Guindilla mayor. Muere de una enfermedad. Cuando todo el pueblo llora su muerte, Lola les dice que se callen, que ha sido decisión de Dios llevarse lo más inútil de la familia, lo que la retrata perfectamente.

Irene la Guindilla Menor

Al igual que Elena la Guindilla Mediana, Irene la Guindilla Menor no es tan religiosa como la mayor, y muchas veces no la obedece ni hace caso de sus advertencias. Pero como una vez la timan por no hacerle caso, decide empezar a seguir sus consejos.

Quino el Manco

Quino se quedó manco porque su hermano le cortó la mano con un hacha mientras hacían leña. Tiene una taberna algo alejada del pueblo y que no va muy bien, ya que nadie va allí. Se casa con la Mariuca, que está enferma, y con ella tiene una hija.
Otra señora del pueblo, llamada Josefa, está enamorada de él, y no lo deja en paz. Pero ocurre que Josefa se suicida tirándose al río y que la Mariuca muere a causa de la enfermedad. Entonces, Quino se queda solo al cuidado de su hija, a la que llaman la Mariuca-uca por su madre.
Quino se casa con Lola la Guindilla Mayor, cosa de la que después se arrepentirá.

La Mariuca-uca

La llamaron así para evitar la confusión con su madre, Mariuca. Es hija de esta y de Quino. Se la describe diciendo que es fea, con la cara llena de pecas y muy poca estatura.
De pequeña, no deja de seguir a Daniel el Mochuelo, y éste se libra de ella diciéndole cosas como «Vete a pesarme a la farmacia».
La Mariuca-uca le pregunta a Daniel si le gusta la Mica porque a ella le gusta Daniel. A pesar de todo esto, la Mariuca-uca (llamada también Uca-uca) siempre está al lado de Daniel en los momentos difíciles.

La Mica

Es la hija del rico: Gerardo el Indiano. La Mica es mucho mayor que Daniel, y muchas veces se queda en el pueblo al cuidado de los dos hermanos de su padre mientras este trabaja en América. Es muy alta, muy blanca y muy guapa, y tiene un buen cutis. Es la chica que le gusta a Daniel.
Una vez, pilla en el huerto de su padre a Daniel, a Roque y a Germán robando manzanas, y en vez de llamar a la policía les da dos a cada uno y les dice que si quieren manzanas se las pidan a ella. Es una chica muy amable. Hasta le dan ganas a Daniel de irse a la ciudad a estudiar y regresar al pueblo siendo rico como Gerardo el Indiano para poder estar más con ella. Antes de conocerla, no sentía muchos deseos de ir a la ciudad a progresar.
Daniel se entristece al enterarse de que la Mica tiene novio, pero luego se le pasa.

Gerardo el Indiano

El Indiano, el padre de la Mica, es el menor de los hijos de Micaela, y, según todo el pueblo, el más tonto de todos. Se fue a América para ganar dinero y regresó siendo rico. Tiene tres barcos de cabotaje, dos restaurantes de lujo y una representación de receptores de radio. No se sabe mucho de cómo es, porque está en América mientras transcurre la historia. Tiene dos hermanos, Cesar, el mayor y Damián, el mediano.

Don José, el cura

Suele participar en los planes de Lola la Guindilla mayor para hacer que el pueblo sea un lugar mejor. Es un señor amable y paciente. Siempre se dice de él que es un santo. Muchos señores suelen apostar dinero a pares o nones a ver cuántas veces dice «en realidad» durante la misa.

RECETA DE COCIDO MADRILEÑO CON GARBANZOS "DE DAGANZO"

RECETAS: COCIDO MADRILEÑO


Ya llegó el crudo invierno, y hay que combatirlo como sea......

Receta de un buen cocido
Ingredientes de la receta:
500 gr. de Garbanzos DE Daganzo(MUY IMPORTANTE LA CALIDAD DE LA LEGUMBRE)
1/2 repollo
1/2 kg. de zanahorias pequeñas
6 patatas medianas
1/2 kg. de morcillo
1/4 de gallina
2 huesos de caña
1 chorizo
1 morcilla
1 punta de jamón serrano
150 gr. de tocino veteado
2 puñados de fideos muy finos
sal
Para la bola:
150 gr. de miga de pan del día anterior
2 huevos
50 gr. de tocino
1 diente de ajo
1 cucharada sopera de perejil picado
aceite de oliva


Receta Cocido madrileño:
Poner los garbanzos DE Daganzo a remojo la víspera, en agua templada con una cucharada de sal gorda y un poquito de bicarbonato.
En una olla grande con agua fría abundante, poner la carne, los huesos atados para que no se salga el tuétano, el tocino, el jamón y la gallina con un poco de sal. Poner a calentar y cuando empiece a hervir, espumar bien y añadir los garbanzos DE Daganzo bien escurridos y pasados por agua caliente, para que no rompan el hervor (es conveniente meterlos en una red especial para que no se desparramen). Cuando rompa el hervor, bajar el fuego para que cueza lentamente.
El cocido deberá cocer unas 3 horas y media, espumándolo de vez en cuando. Una hora antes de que acabe la cocción, añadir las zanahorias partidas por la mitad a lo largo y 1/2 hora después las patatas peladas y lavadas.
El repollo se pica, se lava, y se cuece aparte, alrededor de 35 minutos. En el momento de servir se rehoga, si se quiere, en una sartén con un par de dientes de ajo previamente dorados.
El chorizo se puede poner a cocer con el repollo y de esta forma se evita que se engrase tanto el caldo.
La morcilla se cuece sola en un cacito, o bien si se prefiere, se corta en rodaja y se fríe.
Una vez terminado de cocer el cocido, se separa el caldo necesario para sopa, dejando algo en la olla para que las carnes no se enfríen ni se sequen. Si se quiere tener más sopa, se puede retirar algo de caldo a mitad de la cocción y añadirle agua caliente.
Para la sopa, poner a cocer durante 15 minutos con los fideos, el caldo que tengamos reservado para la sopa y servir aparte en una sopera.
En una fuente se pone la carne partida en trozos, la gallina, el chorizo, la morcilla, el jamón, el tocino y el tuétano.
En otra bandeja se ponen los garbanzos DE Daganzo, la verdura y las patatas.
Para hacer la bola, poner en una ensaladera el pan desmigajado, los huevos, el tocino y el ajo ambos picados, el perejil y dos o tres cucharadas de caldo. Se remueve bien y se forma una croqueta grande, se pasa por harina y se fríe. Una vez dorada, se echa al cocido 1/2 hora. Se sirve partida en rodajas en la bandeja de la carne.

UN BUEN VINO TINTO, Y MEJOR COMPAÑÍA.
QUE APROVECHE.

miércoles, 29 de octubre de 2014

ASTURIAS SABE A MAR.... Hoy FABES VERDINAS CON LANGOSTINO

Asturias sabe a mar: hoy Alubias o fabes verdinas con langostinos.




INGREDIENTES

  • El agua que necesite en la cocción
  • 600 gr. de fabes verdinas
  • 1 cebolla morada y otra blanca (pueden ser las dos blancas)
  • 3 dientes de ajo
  • 1 pimiento rojo grande
  • 3 zanahorias
  • 1 cucharada de pimentón de la Vera (dulce)
  • 70 ml de aceite de oliva virgen extra
  • Sal (al gusto)
  • 200 g. de langostinos
  • 2 litros de caldo de langostinos o de fumet de pescado
  • Unas hebras de azafrán

Después de caer durante un tiempo en el olvido las legumbres vuelven a estar de moda, incluso se han convertido en el plato estrella de menús especiales o de celebración. Estas fabes, variedad verdina (Phaseolus vulgaris), que os presento hoy, son un tipo de alubia verde muy mantecosa y tierna típica de Asturias. Perfecta para acompañar con cualquier marisco como estos langostinos y su caldo. Para los que nos gusta el cuchareo a tope, y más las alubias, os aseguro que puede ser una de las legumbres más ricas que hayáis probado, su tamaño es más pequeño que las típicas fabes asturianas, con un color verde y un sabor suave que hacen de ellas un ingrediente muy codiciado.
Esta variedad de judías se recolecta de forma temprana y de ahí su color verde, son las más delicadas que podéis probar. De textura fina, suaves y versátiles en la cocina, se destinan generalmente a guisos con ingredientes menos contundentes en sabor, así que casan mejor con el pescado y el marisco, como la receta que os presento hoy. Esta legumbre también se conoce como verdina de Llanes. Aviso que no es nada barata pues no hay mucha producción, y como siempre pasa hay mucha demanda y poca oferta. Se cultivaban tradicionalmente en el Valle de Ardisana y fue aproximadamente hace algo más de una década cuando su cultivo y consumo se extendió en todo Asturias.
Son de lo más agradecidas y con poco esfuerzo tendremos un menú de escándalo, ideal para un día especial. Cuidado por la tarde, ya os aviso, aunque sean suaves no dejan de ser un tipo de alubia. 
En este caso la receta va con unos langostinos y su caldo, pero le podéis añadir gambas, gambones, unos carabineros, el pixín asturiano (rape o peixe-sapo) o las famosas verdinas con almejas. Espero que os gusten.

ANTES DE COCINAR LAS VERDINAS

Casi todas las verdinas que he visto vienen en formato de legumbres secas, en este caso incluso venían envasadas al vacío, con lo que su conservación es perfecta. Son fáciles de almacenar aunque como os dije difíciles de conseguir. Lo más importante en el tema de la calidad, sean verdinas o legumbres de otra clase, es fundamental es que compréis siempre la mejor que podáis dentro de vuestras posibilidades, legumbres nuevas y de buena calidad.
  1. El día anterior las ponemos en agua templada con un puñado de sal y las dejamos en remojo unas 10-12 horas durante la noche. No las debemos de tener más de 12 horas, ya que pasado este tiempo la legumbre pierde cualidades.
  2. Es importante que además de hidratar, las lavemos después para quitar posibles impurezas y que no se cuele ninguna judía estropeada que te puede fastidiar un diente, lo digo por experiencia. Sólo nos quedará escurrir y apartar hasta el momento de preparar la cazuela.
  3. Si tenéis la suerte de encontrarlas frescas, sólo necesitas dejarlas en reposo una hora en un poco de agua caliente. Así ayudaremos a que se cocinen más rápidamente, una vez pasado ese tiempo sólo tenemos que lavarlas y añadirlas a la cazuela con el resto de las verduras.
  4. El tiempo de cocción es relativo, pues la verdad es que nunca una legumbre es igual que otra, unas veces están mas tiernas, otras son más viejas, otras tienen la piel más gruesa, otras si te pasas de tiempo se deshacen… con lo que deberéis ir probando al final del tiempo aproximado que os doy hasta que estén en su punto.
  5. PREPARACIÓN DE LA CAZUELA DE VERDINAS CON LANGOSTINOS
  1. Picamos las cebollas, el pimiento rojo y los dientes de ajo en trozos pequeñitos para que se vayan deshaciendo en la cocción. Al final casi no notaremos textura de ninguno de los ingredientes pero sí su sabor. Como a muchas personas no les gusta encontrar ajo en el plato podéis echarlo entero y retirarlo a mitad de la cocción o bien machacarlo.
  2. Lavamos y pelamos las zanahorias, cortamos en rodajas finas, cuanto más finas más rápido van a cocer. Aquí tenéis un pequeño truco que es trocearlas muy pequeñitas en la picadora o en la Thermomix, así se harán antes, se notará su sabor pero casi no se verán en la salsa de las fabes.
  3. En una cazuela grande, echamos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, las cebollas, el pimiento rojo, las zanahorias y los dientes de ajo. Sofreímos todo durante 10 minutos para que se mezclen bien los sabores. Añadimos una cucharada de pimentón y las hebras de azafrán, removemos mezclando todos los sabores durante un minuto.
  4. Introducimos las verdinas ya hidratadas y escurridas. Sofreímos también durante 2-3 minutos removiendo con una cuchara de madera rápidamente y juntamos todo bien (3 minutos).
  5. Cubrimos con el caldo de los langostinos o fumet de pescado (importante que esté frío para que comience a hervir lentamente) hasta que queden las verdinas totalmente cubiertas de líquido, si necesitase más agua en el proceso de cocción siempre debe añadirse fría. El agua tiene que cubrirlas y llegar un centímetro por encima de ellas. Cuando empiece a hervir bajamos el fuego para que vaya más lento y no se rompan las legumbres.
  6. Cuando lleve 1/2 hora cociendo le añadimos sal al gusto, recordad que al caldo no le hemos añadido nada de sal. Quitamos la espuma que se forma en la parte superior con una espumadera y retiramos el exceso de aceites e impurezas. En el caso de que sean judías frescas le quedarían unos 15 minutos más aproximadamente, si son verdinas secas tardará una hora y media más.
  7. Rectificamos de sal. Ya en el final de la cocción (cuando queden unos 3-4 minutos de cocción) pasamos a la plancha los langostinos y los añadimos a cada plato, repartiendo equitativamente entre todos los invitados. El sabor a mar de esta alubiada se la va a dar el caldo de los langostinos(o fumet) y se verá reforzado con los langostinos a la plancha. No se os ocurra añadirlos todos directamente a la cazuela pues se os pasarían y os quedarían gomosos.
  8. Retiramos del fuego y dejamos reposar un poco antes de servir. Echamos las verdinas en un plato hondo con las judías en el medio y los langostinos en el centro. ¡Así de fácil!

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